viernes, 14 de noviembre de 2008

NAVIDAD ES POESÍA



El tiempo previo a la Navidad nos permite reflexionar sobre lo que el último año ha hecho en nosotros. Las luces y las sombras, los recuerdos y los olvidos se suceden.

Al final el balance es siempre bueno, si hacemos como dice San Pablo: "examinadlo todo y retened lo bueno".

Ciertamente que los desencantos suceden siempre, pero las pequeñas grandes alegrías cotidianas no compensan.

Siempre me gusta recordar a Jesús como el poeta de Nazareth.
El sermón de la montaña es el más hermoso de sus poemas.
El Padre Nuestro, más que una oración, es para mí, un bellísimo poema.

También el Magnificat que María expresó tras el anuncio de ángel es poesía, purísima poesía.

Todos o casi todos conocemos a alguien que haya nacido el 25 de diciembre. Yo tengo una persona muy querida y muy especial.

Una tarde le escribí unas líneas y quiero que estén en estas reflexiones con que estoy dando a conocer el alma que Dios me dió.

CUANDO NACIÓ RAQUEL

Cuando nació Raquel , el mundo celebraba la llegada del Niño Jesús. Tal vez por eso en ella quedaron grabados los signos de los mejores sentimientos.

Hoy la veo ir y venir con sus nietas, en su casa de la calle Fernando de Arenaza, compartiendo, con Chicho, las cosas buenas y malas de la vida y me digo: ¡Qué generoso es Dios al poner en el mundo seres tan especiales para hacernos más hermosa la cotidiana existencia!

En realidad no hemos estado demasiado tiempo juntas, como suelen estarlo otras vecinas que comparten las novedades del barrio. Sin embargo las pocas y largas charlas que hemos tenido me han mostrado a una mujer a quien me hubiera gustado tener por hermana.

Raquel es solidaria, sensible, dedicada a su hogar, admiradora incondicional de su marido, observadora aguda de la realidad política y social y hábil con sus manos, que saben sacar de cada elemento la esencial belleza que Dios puso en todo lo creado. ¿Qué más?

Hoy, con la llegada del tercer milenio, en medio de un universo que camina la humana incertidumbre, ella aparece entre las “páginas sueltas” de estos recuerdos de mi residencia en Chascomús, el lugar de nacimiento de mis hijos y mis nietos y también los de Raquel. No podía ser de otra manera.

Eva Lucero de Ortega


1 comentario:

lis dijo...

Hermoso, Eva, como todo lo que escribís.
Lis