jueves, 18 de septiembre de 2008

COMPARTIENDO LA PATRIA




Los años noventa fueron para los habitantes de América Latina un lapso en que se compartieron problemas y esperanzas comunes.
Los problemas sociales eran similares.
En 1995 compartí con veintinco periodistas un curso en la Pontificia Universidad
de Chile. Fue un largo invierno en el cual, junto con los conocimientos adquiridos y los proyectos elaborados, percibimos que ya nunca más seríamos los mismos.
Queríamos volver para cambiar el mundo, porque en nuestro mundo interno algo había cambiado.
Después la realidad nos hizo otro tipo de devoluciones. Doce años que marcaron también nuestras vidas.
Yo seguí siendo escritora, escribí tres novelas y publiquè màs de veinte ensayos.
Lo más importante es que seguí la huella de los poetas. Y con algunos de esos compañeros compartimos los sueños que todavía estás por cumplirse.

VERSOS AL HOMBRE DEL MERCOSUR

Voy a contarte, amor.
Voy a contarte las cosas que pasan en mi país.
Algunas las conoces porque las has vivido.
Por ejemplo que los hombres regresan al hogar
adormecidos de vino y soledad.
.
Los estudiantes gritan porque saben pensar.

Las madres ya no cantan y los niños preguntan
por qué hace tanto frío adentro del hogar.

Los políticos mienten
convencidos de que el pueblo
necesita mentiras.

Los ricos son más ricos.
Los pobres son más pobres.
En el campo ya no queda voluntad para arar.
Las semillas no llegan o no se pueden comprar.

Son cosas que suceden , no te extrañes, amor.
Se trata solamente de América Latina.
Gracias a Dios, aún, nos queda
la esperanza Argentina.


LA PEQUEÑA ALDEA
A la memoria de Mercedes Aldalur,
Alejandro de Isusi y Héctor Rivera.

La aldea de Mercedes, de Alejandro y de Héctor
es un sitio donde las flores crecen por todas partes.
Los árboles amigos abrigan los sueños
que la mansa laguna invita a soñar.

Aún hay calor de leños y aroma a leche tibia
en la casa de campo. Es la de los abuelos.
Las tardes de lluvia siguen siendo de magia.
Y cada cuarto está habitado por los duendes y las hadas.

La aldea de Mercedes, de Alejandro y de Héctor
es mi aldea también.
Miles de visitantes arriban en verano
buscando paz a la vera de la hermosa laguna
y el silencio de peces que alivia los espíritus.

Allí pasé mi infancia, también mi juventud.
Allí quedaron los primeros amores.
Allí vuelvo cada vez,
cuando el cielo se oculta
y duele vivir.

Yo quisiera que fueras a visitarla un día,
amigo, casi hermano, de América Latina.
Se llama Chascomús y tiene origen pampa.
Ella está en Buenos Aires. Ella está en Argentina.

Eva Lucero de Ortega, 18 de setiembre de 2008

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