
Foto María Luján Ortega, CHascomús.
Entendiendo por milagro lo que el Señor hace en nuestras vidas sin que lo pidamos,como un acto de amor paterno, para acariciarnos el cuerpo o el alma.
Un día, en este mismo blog, me llegó el pedido de un grande la música latinoamericana: Don Gabino Correa, residente en la República de Méjico. Quería musicalizar algún poema mío.
Tardé un poco en complacerlo porque me resultaba increíble.
Le envié por mail mi obra "Versos de Plata", para que elija.
Al poco tiempo musicalizó "Diafanía", primer premio Honorable Concejo Deliberante y luego
"Yo busco un verso, Señor" dedicado a los 75 años de mi padre Obispo, José María.
Como no hay dos sin tres, le envío "La Mamma", primer premio también del Honorable Concejo Deliberante y su generosidad de artista me dio la infinita alegría de haberla musicalizado también.
Las dos primeras me llegaron en su voz, en un envío por mail.
Y su voz llenó la casa entonando "Diafanía" y tanta emoción en su interpretación me hizo llorar de emoción, como si mi hermano estuviera presente.
DIAFANIA
Caminar por las calles de mi pueblo
era un dulce placer irrepetible.
El corazón sonaba a campanillas
y la voz a cascabeles hechizados.
Las aves acunaban con sus trinos
la utopía de hacer cada mañana.
Había juventud...había sueños
y la aurora vivía en las miradas.
Era el mundo propicio de las hadas
que contaban los cuentos más hermosos
en los labios queridos de las nanas.
Cada árbol de la plaza era un amigo
y un balcón hacia la luz la calle larga.
En todo estaba Dios...como un espejo.
Así era mi pueblo y así es la vida
en el mágico solar de mis recuerdos.
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