lunes, 26 de enero de 2009

ORACIÓN POR NUESTRA GENTE


Corrían los tiempos del corralito en la Argentina. El lapso aciago en que prácticamente todas las familias vieron afectados sus bienes, sus trabajos y hasta sus sueños.
El desempleo hacía estragos en las mesas y en los corazones.
Los precios se disparaban como fiel reflejo de una forma de hacer comercio que estaba lejos de la fraterna distribuicónde las riquezas.
Los ancianos reclamaban sin ser oídos mientras muchos de sus pares morían en geriátricos, en hospitales y por falta de atención médica.
Todo parecía un barco lanzado a la deriva en medio de un océano enfurecido y desvastador.
Mis ojos estaban siempre llenos de lágrimas, pero lo que más me preocupada era ese
dolor en el alma que no podía aliviarse con nada.
Un tarde ella, la poesía, se acercó a mí y me pidió que reflotara la esperanza.
Y le hice caso. Así nació esta "Oración por Nuestra Gente" que ahora comparto con mis ciberlectore:

Te pido Señor...
un tiempo de Navidad, sencillo y recoleto,
con estrellas en los ojos y música en el alma.
Pido días de trabajo y noches descansadas.
Clima de fiesta en las calles y armonía en los hogares.

Quiero abuelos y niños acunados
por el canto ancestral de los afectos.

Quiero al hombre y la mujer junto al pesebre
renovando los mandatos familiares.

Quiero ver a los muchachos abrazados
en alegres fogones de esperanza.

Quiero un pueblo luminoso, un pueblo unido
en la rica diversidad de las ideas.

Quiero a Jesús movilizando corazones.
Como en el dulce Sermón de la Montaña.

Sólo puedo ofrecerte, Señor, por todo esto,
Mi pequeñez dignificada por Tu Gracia.

Eva Lucero Ortega