sábado, 20 de septiembre de 2008

ARTESANOS DE LA PAZ



Soleado y frio es el inicio de esta primavera en la provincia de Buenos Aires.
¿ Será igual en los otros países donde tengo tantos amigos virtuales?
De hecho nuestra ciudad ha sido elegida como el destino turístico preferido para el inicio de estación. Numerosos contingentes han llegado a Chascomús, colmando las instalaciones de los camping ribreños.
Los escolares y estudiantes locales también ha elegido la ribera para sus encuentros.
Se está realizando el V festival de Arte Joven donde los cultores de las disciplinas más diversas muestran sus creaciones a los visitantes especialmente.
También la ancianidad celebra el día del Jubilado con la despedida del invierno.
Y por si todo esto fuera poco, se conmemora internacionalmente el Día de la Paz.
Yo siempre recuerdo que Juan Pablo II decía en prácticamente todos sus mensajes que la paz no es sólo la ausencia de la guerra.
Y se refería a la paz que viene del imperio de la justicia.
Cuando cada uno de los miembros de la sociedad recibe lo que le pertenece hay verdadera paz. Incluso son también oportuna las palabras de San Pablo cuando sostiene que justicia es dar a cada hombre la cuota de amor que merece.
Colegiales, estudiantes, miembros de la tercera edad, orden social, estos y otros tantos temas nueven a reflexión y llaman a la expresión poética.
Encontré entre mis trabajos uno que expresó hace casi veinte años muchas de las reflexiones que hoy, camino a la madurez, intento plasmar.

ARTESANOS DE LA PAZ

Con el rostro curtido por el sol y el viento,
trabajarán la tierra... como siempre.
Serán escasos los panes en las mesas
pero habrà equidad en el reparto.

Las mujeres,generosas,
como siempre, parirán hijos
para agrandar la patria.

Mientras los viejos
( los silenciosos viejos)
encenderàn de poco sus cansados ojos.

Cuando los niños despierten de sus sueños
verán el surco trazados para ellos
por los que hicieron con sana rebeldía
la genuina revolución.

Lejos del ruido agresivo de las armas.
En el sacro silencio del trabajo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

COMPARTIENDO LA PATRIA




Los años noventa fueron para los habitantes de América Latina un lapso en que se compartieron problemas y esperanzas comunes.
Los problemas sociales eran similares.
En 1995 compartí con veintinco periodistas un curso en la Pontificia Universidad
de Chile. Fue un largo invierno en el cual, junto con los conocimientos adquiridos y los proyectos elaborados, percibimos que ya nunca más seríamos los mismos.
Queríamos volver para cambiar el mundo, porque en nuestro mundo interno algo había cambiado.
Después la realidad nos hizo otro tipo de devoluciones. Doce años que marcaron también nuestras vidas.
Yo seguí siendo escritora, escribí tres novelas y publiquè màs de veinte ensayos.
Lo más importante es que seguí la huella de los poetas. Y con algunos de esos compañeros compartimos los sueños que todavía estás por cumplirse.

VERSOS AL HOMBRE DEL MERCOSUR

Voy a contarte, amor.
Voy a contarte las cosas que pasan en mi país.
Algunas las conoces porque las has vivido.
Por ejemplo que los hombres regresan al hogar
adormecidos de vino y soledad.
.
Los estudiantes gritan porque saben pensar.

Las madres ya no cantan y los niños preguntan
por qué hace tanto frío adentro del hogar.

Los políticos mienten
convencidos de que el pueblo
necesita mentiras.

Los ricos son más ricos.
Los pobres son más pobres.
En el campo ya no queda voluntad para arar.
Las semillas no llegan o no se pueden comprar.

Son cosas que suceden , no te extrañes, amor.
Se trata solamente de América Latina.
Gracias a Dios, aún, nos queda
la esperanza Argentina.


LA PEQUEÑA ALDEA
A la memoria de Mercedes Aldalur,
Alejandro de Isusi y Héctor Rivera.

La aldea de Mercedes, de Alejandro y de Héctor
es un sitio donde las flores crecen por todas partes.
Los árboles amigos abrigan los sueños
que la mansa laguna invita a soñar.

Aún hay calor de leños y aroma a leche tibia
en la casa de campo. Es la de los abuelos.
Las tardes de lluvia siguen siendo de magia.
Y cada cuarto está habitado por los duendes y las hadas.

La aldea de Mercedes, de Alejandro y de Héctor
es mi aldea también.
Miles de visitantes arriban en verano
buscando paz a la vera de la hermosa laguna
y el silencio de peces que alivia los espíritus.

Allí pasé mi infancia, también mi juventud.
Allí quedaron los primeros amores.
Allí vuelvo cada vez,
cuando el cielo se oculta
y duele vivir.

Yo quisiera que fueras a visitarla un día,
amigo, casi hermano, de América Latina.
Se llama Chascomús y tiene origen pampa.
Ella está en Buenos Aires. Ella está en Argentina.

Eva Lucero de Ortega, 18 de setiembre de 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

QUÉ DECIR DE LA POESÍA



Cuando edité mi poemario denominado "NOVUS" dedicado a la Señora Elba Adriana Cots,
coloqué a modo de separadores algunos pensamientos. Uno de ellos decía que cuando mi madre me engendró liberó a un duende de la poesía.
Ese duende anidó en mi corazón.Y desde el corazón me ayudó a sublimar los dolores cotidianos de la vida para transformarlos en palabras y actos de luz.
La poesía me acompañó siempre y continúa acompañándome aún hoy, cuando la labor periodística me absorbe casi por completo.
En mis días de escuela primaria mi madre me enseñaba versos para cada fecha patria. Era prácticamente la única que estaba lista cuando la maestra preguntaba quién sabía un verso para la fiestita.
Cierro mis ojos y me veo en la Escuela 23, donde conocí a Elba, el hada madrina que asistió con su presencia a mis muchos nacimientos en los últimos cincuenta años.
Me veo de pie en el alto escenario que se armaba al efecto, con los guantes y la vincha blanca, con el guardapolvo tableado y planchado con almidón. Todo por obra de la cooperadora que no permitía que los alumnos pasaran un "papelón" a causa de su pobreza.
Y me oigo recitando con entusiasmo, poniéndome colorada entre los aplausos y los besos de las maestras.
Después llegaron mis propios versos, luego de que el primer amor se fuera dejando la estela de cuatro poemas que me marcaron la vida: amor, fe, trabajo y esperanza.
La poesía, como esencia de la comunicación, me permitió decir todo lo que necesitaba decir: lo que veía, lo que me inspiraba amor, alegría, tristeza o desamor.
Finalmente la poesía me trajo las mejores amigas: una de ellas fue Marcela Fernández Moreno, hija de César y nieta de Baldomero. Si ella no hubiera descendido de un linaje de poetas no nos hubiéramos conocido y el cielo de Chascomús se me hubiera vuelto más negro aún.
La poesía me permitió conocer a muchos seres que nunca escribirán un sólo verso y sin embargo se emocionan con los míos.
Una vez fui con mi primer libro a visitar a Don Martín Larralde y el anciano poeta me animó a seguir escribiendo a pesar de que nadie me respaldara. Y años más tarde me regaló su poemario " Mainés " con una dedicatoria muy particular: "Cuando el aromo se viste de amarillo,eso es poesía".
Han transcurrido más de tres décadas. El ya no está pero están sus versos.
Y yo sigo buscando ( ¿ y transmitiendo? ) al amor en los caminos infinitos de la poesía.

LEYENDA DE LAS FLORES Y EL VIENTO
Dicen que una vez las flores sintieron que un viento fuerte, caluroso e incontenible las ahogaba.
 Sintieron que sus pétalos ardían por su acción. Pero, merced a su sensibilidad, percibieron también que ese viento fuerte, gritaba de dolor.
Entonces ellas- las flores- pensaron que lo mejor era amarlo.
De no haberlo hecho así hubieran muerto todas y el mundo sería hoy un verdadero desierto.
Cuando las flores decidieron amar al viento que las dañaba produjeron en él un cambio que benefició a la humanidad.
Desde entonces, cada vez que el viento acaricia a la naturaleza en flor, un aroma milenario llena el alma de los seres que nunca se sintieron amados.
Y la magia vuelve a existir. A pesar de todo, vuelve a existir.
 Y así será hasta el final de los tiempos.
Porque el amor está hecho, de viento, de furia, de dolor, de renunciamiento  y, por supuesto, de aroma a flores.
Eva Lucero de Ortega

domingo, 7 de septiembre de 2008

¿ ESCRIBIR PARA SER ?



Tener algo para decir es lo primero que mueve a la escritura.
Esa escritura que tendrá forma de poesía, de reflexión o de algún otro género literario será la forma que adoptaremos para comunicarnos con el mundo. Para devolverle lo que nos ha hecho llegar.
De eso se trata este ciberespacio que será, además, compartir una nueva faceta con los amigos que se vayan sumando.
Espero que sea un rico intercambio personal y artístico.

Eva Lucero de Ortega
8 de setiembre de 2008,
festividad del Natalicio de la Virgen María.